“Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. Apocalipsis 14:7
Estamos adoctrinados para creer, obedecer y dar gracias a un dios ficticio, todopoderoso, omnipresente, eterno vigilante inquisitivo pero misericorde con sus fieles creyentes.
Vivimos orando atemorizados por la incertidumbre del porvenir celestial y engañados por el origen divino y la promesa de la otra vida. Somos inocentes pecadores y por lógica religiosa, condenados al infierno o a la vida eterna.
¿Cómo podemos librar a nuestros hijos de esta obsoleta y perversa creencia creacionista y quitar al impuesto dios de en medio?
En principio… creo que debemos empezar por confesarles, en algún momento oportuno, lo antes posible, que lo que algunos nombran dios, no es tal, dios como tal es una deformada ficción primitiva. Las deidades sirvieron en la prehistoria y la antigüedad para explicar lo entonces inexplicable de los fenómenos naturales y las calamidades humanas. Dios así hoy, no nos sirve de nada.
Lectura e interpretación sugerida: “ La leyenda del Sol y la Luna”
Antes de que hubiera día en el mundo, se reunieron los dioses en Teotihuacan.
-¿Quién alumbrará al mundo?- preguntaron.
Un dios arrogante que se llamaba Tecuciztécatl, dijo:
-Yo me encargaré de alumbrar al mundo.
Después los dioses preguntaron:
-¿Y quién más? -Se miraron unos a otros, y ninguno se atrevía a ofrecerse para aquel oficio.
-Sé tú el otro que alumbre -le dijeron a Nanahuatzin, que era un dios feo, humilde y callado. y él obedeció de buena voluntad.
-¡Ea pues, Tecuciztécatl! ¡Entra tú en el fuego! y Él hizo el intento de echarse, pero le dio miedo y no se atrevió.
Cuatro veces probó, pero no pudo arrojarse
Luego los dioses dijeron:
-¡Ea pues Nanahuatzin! ¡Ahora prueba tú! -Y este dios, cerrando los ojos, se arrojó al fuego.
Cuando Tecuciztécatl vio que Nanahuatzin se había echado al fuego, se avergonzó de su cobardía y también se aventó.
En el mismo orden en que entraron en el fuego, los dioses aparecieron por el cielo hechos Sol y Luna.
Desde entonces hay día y noche en el mundo.
Nuestro ancestros anteriores a la institución de las religiones monoteístas, estaban en lo correcto, veneraban por igual a los astros del firmamento, a los elementos, los animales y a las plantas de la tierra. Tenían la sabia convicción del equilibrio del todo relacionado con todo y que entretanto, los “dioses” se entretienen solos, lidiando entre ellos mismos y sin entrometerse personalmente con los simples mortales. Estos inmortales del Olimpo, del Panteón Maya o del Cosmos, se conforman contentos sólo con ser consultados y contemplados en sus respectivas materias. Dioses así hoy, si podrían servir de algo.
Lectura e interpretación sugerida: Mitología para Niños : Eros y Psique, la historia de amor más bonita de la mitología griega. ( extracto parte final )
Todos la recibieron con gran alegría pero sus hermanas cuando la vieron tan feliz y abrieron los maravillosos regalos que les había traído, no pudieron contener la envidia y no pararon hasta que la pobre Psique les confesó que jamás había visto a su marido. Os podéis figurar que las maquiavélica y envidiosas hermanas no descansaron hasta convencer a Psique de la necesidad de descubrir quién era su marido.
Su plan era el siguiente, Psique debía ocultar una lámpara y durante la noche, mientras él dormía, prenderla para así ver su rostro.
Y así lo hizo. Psique volvió al palacio en el que vivía con Eros y siguiendo el plan de sus hermanas descubrió que su marido era un joven de gran belleza. Emocionada por el descubrimiento le tembló la mano que sostenía la lámpara, dejando caer una gota de aceite hirviendo sobre su amado. Al sentirse quemado Eros -ese era el monstruo cruel que tenía por marido y al que se había refererido el Oráculo- se despertó y cumpliendo su amenaza huyó en el acto para no volver jamás.
Sola y desamparada ,sin la protección de Eros, Psique se dedicó a errar por el mundo perseguida por la cólera de Afrodita que seguía indignada ante tanta belleza.
Mientras tanto Eros sufría enormemente pues era incapaz de olvidar a Psique. Cuando supo que estaba sumida en un sueño mágico no lo pudo soportar más, voló hacia ella y la despertó de un flechazo; después subió al Olimpo para rogar a Zeus que le permitiese casarse con ella aunque fuese mortal. Zeus se compadeció de Eros y otorgó la inmortalidad a Psique haciéndole comer Ambrosía. Después apaciguó la cólera de Afrodita y ordenó el casamiento de Eros y Psique, que duraría para siempre.
La boda de los dos enamorados se celebró en el Olimpo con gran regocijo.
Como se puede explicar esto de la dependencia divina, es que, cada quien se inventa su propio cuento o se adopta o adapta a otros. Pero al final, si haces conciencia de tu ser y tu circunstancia, cada quien somos el dios de nuestro cuento, somos lo único real que existe en el universo y lo único que cuenta realmente en tu mente. Someternos, a un ser supuesto superior, y delegarle la responsabilidad de poder vivir en libertad de acción, pensamiento, palabra y omisión, es absurdo e inútil.
La vida humana y el poder de la mente pensante es una expresión magnífica de la naturaleza. La naturaleza obedece a una realidad objetiva y previsible, que se materializa en nuestra realidad subjetiva e impredecible, como reflejo prismático del conocimiento racional y la experiencia emocional al interior de nuestra propia conciencia. Es el poder de entender que uno mismo es el creador de la existencia. “Pienso luego existo” Descartes.( Siglo XVII).
En otras palabras: El fin es trascender las supuestas creencias y limitaciones preestablecidas. Cuestionar lo evidente, buscar continuamente un argumento y un proyecto de vida diferente. Estar presentes y completos con nosotros mismos, con los elegidos que nos siguen y con los que vendrán después.
( sugiero aquí mostrarles a nuestros hijos, alguna acción positiva que realicemos sobre la convivencia humana en armonía con la vida en el planeta.)
Por mi parte, a mis hijos, les contaré mi cuento de los Ángeles, los que podemos tener a lado o ser uno mismo para otros, en el momento justo. Ángeles verdaderos de carne, hueso y alas invisibles, personajes milagrosos que se hacen visibles y presentes cuando y cuanto más los aprecies.
Si crees en ángeles,
se aparecen
están ahí enfrente
pendientes a materializarse
atentos a intervenir a favor
librar el momento inminente
invisible al incrédulo
evidente al creyente
no es cosa de fe sino de certeza
de saber que no fallan de aparecer
en quien menos imaginas
cuando menos esperas
cuando más debes agradecer
se aparecen