argumento + reparto + sincronía
«¿Quieres saber cómo lo conseguí?…Jamás me reservé nada para la vuelta». Gattaca
En el supuesto de que cuentes como yo, con “ suerte de cuna”, es decir, el inmerecido privilegio de haber nacido sin desventajas notorias y, en el mejor de los casos, criado con alta estima y hasta posiblemente con honor o nobleza.
O por el contrario, como otros, a base de mucho trabajo introspectivo y extrovertido.
La experiencia personal, entonces, se materializa en la conciencia de estar vivo y ser mortal, gracias a una narrativa afortunada con un argumento original y con un reparto selecto que se sincronizan en tiempo real para dar sentido a una vida propia.
Idealmente resulta una obra inédita, inspirada en la inteligencia de elegir alternativas creativas e improvisar soluciones al vuelo, explicada dentro de lo que cabe, por una lógica selectiva y simple.
La elección del elenco o integración del casting que deberá actuar a nuestro lado es vital para la correcta interpretación protagónica del guión que nos ocupa.
La cadencia, el ritmo, la sincronía de lo que a propósito acontece en nuestras historias, es cuestión de timing, de saber el momento oportuno para incidir o accionar la realidad de uno. Yo diría “precisión intuitiva” o mejor aún “tino” en la vida. A mi lo que me ayuda es que creo soy bastante “atinado”. Parecería que sé reconocer bien la oportunidad de actuar o no hacerlo, esto se vuelve esencial para avanzar en el momento preciso en la dirección imaginada.
La obra siempre incierta e inconclusa de mi vida, se va revelando conforme a cómo voy imaginando mi presente, sin pensar demasiado en el porvenir inmediato sino en lo trascendente. El argumento fundamental existe, pero es solo un guión provisional, que en cualquier momento se puede alterar o editar a conveniencia, por el bien del todo y de uno.