Sin ir más lejos

Quisiera plantear los siguientes principios para simplificarnos la vida al máximo:

I. La tierra es plana y no hay más allá

La humanidad se complicó la vida cuando inventó que la tierra era redonda y que no había tal borde al vació como advertían los antiguos sabios. Para mi el final del mundo real, hablando práctica y geográficamente, es el plano que contiene y circunscribe todo a lo que se le pueda llegar caminando en hasta 45 minutos. Más allá, por lo mismo no me sirve y por lo tanto no es de mi interés.  

La noción de que la tierra es plana, no es aquí materia de discusión y ciertamente, creerlo así, es conveniente a la salud de la conciencia.  Da certidumbre de la que sirve, la útil certeza de que no hay más de lo que ves y de que el límite está al alcance. Creo que es muy simple, el destino posible sólo llega hasta el horizonte y el más allá no existe.

Con sólo esto, tenemos más que suficiente para entretenernos un buen rato.

II. La realidad vive en la conciencia

La verdad es subjetiva y singular, es de quien la concibe mentalmente, es una idea propia de la naturaleza de las cosas y de cómo éstas se conectan en nuestras mentes. Sin conciencia no hay vida, – pienso luego existo- y luego entonces, existe lo que pienso. Sin espíritu adentro no hay materia afuera. Tu ser y la realidad es tal cual la imaginas y nada más.

III. Menos es más que todo

Aspirar a mucho es poco elegante y nada eficiente. Más, no suma en lo absoluto, al revés demerita y complica la existencia. Menos accesorios agregan valor esencial. La esencia del ser es simple, eres lo que resta de lo que sobra y con eso más que basta para vivir bien. Vivir bien de lo que vives.

No es deseable quererlo todo, probarlo todo, tenerlo todo. Es básico ser austero, sencillo, selectivo, saber elegir significa dejar algo o alguien a un lado y andar lo más ligero posible para poder disfrutar el continuo camino. La mejor decisión sin duda es la que tomaste a conciencia. El hubiera no existe.

IV. El otro en función de uno mismo

En el caso del otro; la pareja, el hijo, el padre, el amigo, el prójimo, el externo, el que aparentemente vive con conciencia propia en el mundo material paralelo, existe sólo en función de uno mismo, solamente en la mente. La relación con el otro nos refleja, descubre lo que somos, el yo verdadero aparece, se materializa frente a otra conciencia cuando inter actúan.

En la soledad somos abstractos, somos una vaga idea de lo que imaginamos ser y la única forma de hacernos materia es mediante la expresión creativa de nuestro contenido mental y emocional.  

En la espiritualidad somos “el creador”. Finalmente venimos al mundo a aprender a estar solos, con uno mismo, con “dios”.  

V. Dios existe pero se manda solo

Quien quiera atribuir a un “ Dios celestial” el origen, la razón y el destino de las cosas, que vaya con dios… Pero pedir que Dios haga caso a sus plegarias es inútil, en todo caso dios tiene cosas más importantes que hacer y muy probablemente los suplicantes creyentes le apenan por sumisos y le estorban por necios. Si así fuese, el todopoderoso obviamente se manda solo y me cuesta creer que se ocupe en algo que preocupe a los esperanzados mortales.

Dios es sin duda, la incertidumbre y el caos del cosmos y el único milagro concebido es la conciencia de estar vivos y ser parte fugaz de ésta locura infinita.

CONTINUARA  

4 thoughts on “Sin ir más lejos

  1. ¿Será que la conciencia se forma dentro de una realidad compartida? No hay conciencia propia, así como no hay pensamiento sin lenguaje, ni sentimientos sin estímulo. El uno es por el todo.

    1. ¿Será que no existe el vacío personal… Que en todo está uno? Gracias por comentar por aquí, disculpa que me tarde en contestar.

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