demos krátos

Descubro ahora, que la grave crisis general que sufre hoy el país, no es causa de la perversa y onerosa lucha por el poder político y económico del estado. Es culpa de la ilusión que tenemos de una salvación electiva y colectiva, es consecuencia de la falsa idea popular que nos vendieron a ultranza, el espejismo de que la democracia es la solución milagrosa a todos nuestros males.

El pueblo anulado que se creyó el cuento de que manda y se manifiesta libre, ignorando que su voto está ya de antemano contabilizado y comprometido con intereses ocultos y evidentes. La falacia del sufragio, no es la elección entre opuestos, no es el choque entre ideologías de derecha e izquierda, no es la confrontación de los que tienen y los que no y, por lo visto, no es la competencia o incompetencia de supuestos partidos políticos divergentes.

El “voto libre y democrático” no es más que legitimizarle, al último gobierno ganador en turno, la concesión para unos cuanto elegidos, de rentabilizar el inmenso negocio que representa la custodia y explotación de los “recursos nacionales”, incluyendo la extracción del impuesto a los contribuyentes y al potencial de seguir endrogando al país.

La lucrativa propaganda que nos vende la utopía democrática, es lo que hace posible la perpetuación de la clase en el poder: El implacable imperio de “ El Sistema en el Poder»; constituido por la mafia de los partidos políticos locales, en comunión de fidelidad con el celoso «Capital Global».

Ambas partes coludidas para lo mismo:  Explotar sistemática y cíclicamente a las diversas economías del mundo colonizado, hasta que al fin, truene en cada una, el cuete de la dictadura popular, se quiebre la esperanza liberal y se tenga que negociar, una vez más, otra salida democrática.

Un cambio verdadero. Ahora si…un gobierno emanado del pueblo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *