“Persona que no se inclina ante ninguna autoridad, que no acepta ningún principio como artículo de fe». Nihilista en el sentido de persona crítica con todo lo que le rodea.
Iván Serguéievich Turguénev
Las mujeres, ya no le creen NADA a los hombres. Hemos demostrado, así parece, que bajo el dominio masculino, con total control y abuso en el poder, no se logró NADA bueno. El pacto macho y la competencia por ver quién la tiene más grande, produjo una cultura fálica muy primitiva, que, naturalmente a la fuerza, sometió a las mujeres a una circunstancia dispareja por los siglos de los siglos.
De un largo tiempo para acá, en occidente, las féminas ahora feministas, con total mérito y audacia han cambiado por absoluto las reglas del juego, a tal grado que su empoderamiento está dándole la vuelta por completo a la realidad, ahora una parte importante de las mujeres contemporáneas: están más preparadas, tienen mejores ingresos, y tienen mayor poder que sus contrapartes sexuales; inclusive las nuevas generación de hombres están totalmente descolocados, a tal grado que se sienten perdidos en su función elemental y disminuidos en sus posibilidades de apareamiento presencial. Lo cuál, de rebote, termina afectando las pretensiones románticas de estas mujeres alfa y frustrando sus deseos de procrearse como dios manda y no con semejantes sujetos inmaduros y buenos para NADA.
En el lejano y medio oriente, del otro lado del planeta, al parecer, las cosas para las mujeres no han cambiado mucho o incluso han empeorado, los hombres ortodoxos, todavía en el poder, se han encargado de mantenerlas esclavizadas a la buena de dios, sin ningún derecho a expresar su libertad de ser personas capaces de TODO.
Siendo así lo anterior en este lado del mundo y habiéndose transformado la mujer feminista en nihilista con respecto a los principios y normas de la sociedad patriarcal, cabe imaginar que una vez conquistado y domesticado al hombre en occidente, cabría la posibilidad de que se lanzaran a someter de igual forma a los varones musulmanes ortodoxos y liberar así también a las mujeres de aquellos lares del yugo sufrido desde la eternidad.
Reconociendo el increíble poder del género femenino y sabiendo de lo que son capaces ahora, me puedo imaginar que, en su momento, las mujeres en el poder podrían expulsar y desalojar de su territorio conquistado a todos los hombres ya domesticados para que se vallan al otro lado a atender y servir como se debe a las mujeres de allá y de paso traerse a la fuerza para acá a aquellos hombres cobardes mal empoderados y empezar todo de nuevo.
Las Feminihilistas niegan que haya algún valor trascendente o moral en lo masculino. “La nada no produce nada. Los trascendentales del ser son el bien, la verdad y la belleza”.