Zion´s angels

Contra el reloj solar, desobedeciendo el absurdo límite de 30 millas por hora, rebasando, apurados por alcanzar la cima y llegar a capturar el impaciente atardecer desde el único lugar posible del interminable territorio de Zion.

Como si todo dependiera de llegar a tiempo al anunciado encuentro, sin señal, navegando en jeep obedeciendo a un incómodo mapa impreso, presurosos tras el letrero que debiera indicar la desviación a la escondida vereda a “Sunset deck”, desorientados por la ruta del sentido común y por fin yendo a dar a otro lugar diferente, con otro nombre parecido pero justos al último rayo de sol. Aún así impuntuales a las expectativas cronometricas del estricto jefe Augusto.

De cualquier modo se montó la cámara, se tomó la foto y el obligado mezcal.

Brindamos por el presente y el porvenir y fue entonces cuando sin explicación terrenal, en medio de la nada, de la nada aparecieron un par de chicas de piel dorada en sol de mar, que se invitaron solas al hasta entonces desangelado ritual.

Al instante Dario, el más puesto de los cuatro viajeros, sacó dos copas más de cristal y asistido por el gran Benjas, se sirvió el mágico mezcal a las divinas emisarias. Al poco tiempo, apenas supimos que venían de Nevada, cuando otra vez de la nada Dario pidió sin pena y con educada elegancia el primero de sus tres ilusos deseos.

– Do you gals, happen to have a joint with you ?-

-Yes sir-  contestó sin dudar la de los ojos más verdes y la que sin duda flotaba más confiada mientras le entregaba en mano un bendito toque sacado de su por lo visto muy bien surtido morral.

Dario, sin dar crédito del milagro concedido, lo prendió solemne, lo aspiró inspirado y devolvió encendido el primer deseo cumplido a Angy quien después exhalando una nebulosa sonrisa me lo dio envuelto en una verde mirada. Yo sin decir nada, hice lo propio y con un gesto de evidente gratitud se lo pase a Celeste, la de los ojos azules, que ya para entonces había ido por una tercera enviada, recién despierta de otro sueño y que ,envuelta en una gran manta también azul, salió de una cansada vagoneta con placas de California y tres tablas de surf a cuestas.

La escénica plática se dio amena, en lo alto, entre risas relajadas y desenfadadas confesiones, hasta que se vació la botella y se llenó la noche de estrellas.

Fue ahí cuando Dario abusando de su increíble fortuna, pidió sin más el segundo deseo.

– Beautiful Angels by any chance do you have some spare of this shit for the road?   

-Con gusto amigo-  contestó en español otra vez sin pestañear la de los ojos más verdes y la que flotaba, ahora aún más ligera, mientras le entregaba en mano un par de buenos toques sacados del ya venerado morral.

Más tarde durante la larga despedida y animado por su indiscutible y muy merecida suerte, Dario se aventó a insinuar el predecible tercer deseo de ofrecerles morada a las bienaventuradas damas bajadas del cielo.

-Please feel free to crash in my place next time in Mexico-

-Will do, Why not  – contestaron a coro las tres sonriendo  

En fin, es tiempo que todavía no se cumple el último deseo, pero por lo pronto ya hay en la Posada del Alma en Michoacan De Ocampo, México, un hermoso altar hecho a mano con la firme esperanza de la inminente llegada de nuestros generosos ángeles de Zion.

F I N

2 thoughts on “Zion´s angels

  1. Siendo yo unode los interpretes del mencionado personaje David , seguimos esperando ese tercer deseo , que de suceder estaremos en la mejor disposicion de compartir la cronica de dicho encuentro .
    Mientras tanto le doy gracias a Nacho por su poetica narrativa de tan fortuito encuentro que queda grabado en la memoria de «un magico atardecer en las montañas de Zion «

    1. Mi querido Dave, gracias por tus palabras. La identidad de los personajes, si lo checas de nuevo, ya cambió para no complicar a nadie. Pero lo que no cambia es la magia y milagros que ocasionas.Un abrazo

Responder a D.Q Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *