Prismática

Leyendo la ilustrada narrativa de Marcel Prost, descubro que la propia sensibilidad de uno, se inspira en el poder de otro más creativo. En ese contexto, la forma en que el escritor francés detalla la presencia del Sol en los objetos encendidos a través de la vidriera de la iglesia de Combray, hace que éstos existan nítidos en la mente del lector inmersa en las brillantes palabras de esa bien iluminada escena.

Ésta mágica virtud de capturar y expresar el momento, predispone literalmente nuestra percepción en escenas equivalentes de la vida real o la imaginaria.

Medio siglo después, Aldous Huxley con una imagen equivalente, consigue transmitir a sus creyentes, la vivencia psicodélica de los estados alterados. Dicha vibrante intensidad escrita, influye y determina la forma de percibir del psiconauta en su particular viaje alucinante y por consecuencia la vivencia que reportará a su regreso.

Lo que me lleva a pensar que los artistas y en especial los escritores, aportan un prisma esencial o consciencia prismática, a quienes requieren de un referente imaginario para poder reconocer y sentir; la estética, la belleza, la elegancia, la vitalidad y la naturaleza de las cosas y la vida misma.

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