material mente

Los humanos, somos seres hechos fundamentalmente de materia, igual que todo objeto o todo ser vivo. Somos un conjunto de partículas que obedecen a un cierto orden o determinada lógica a la que  llamamos “organismo”, a su vez ésta materia compuesta en sustancias se organiza naturalmente en cuatro estados de agregación, según sus propiedades y a la presión a la que se les condicione.

Independiente a la fórmula atómica de la sustancia que nos compone, los humanos por su estructura y carácter particular y su forma de reaccionar a las diversas condiciones de existencia,  también se descomponen en esos mismos estados:

1. Las personas de estado sólido se presentan como cuerpos de forma definida; sus partes a menudo se entrelazan formando estructuras estrechas definidas, lo que les confiere la capacidad de soportar fuerzas sin deformación aparente. Son calificados generalmente como duros así como resistentes, y en ellos las fuerzas de atracción son mayores que las de repulsión.

La gente sólida suele presentar algunas de las siguientes características:

  • Cohesión elevada.
  • Tienen una forma definida y memoria de forma, presentando fuerzas elásticas restitutivas si se deforman fuera de su configuración original.
  • A efectos prácticos son incompresibles.
  • Resistencia a la fragmentación.
  • Fluido muy bajo o nulo.
  • Algunos de ellos se subliman.

2. Los sujetos líquidos, en cambio, tiene la capacidad de fluir y adaptarse a la forma del ambiente que lo contiene. En este caso, aún existe cierta consistencia, aunque mucho menos intensa que en los sólidos:

  • Cohesión menor.
  • Poseen movimiento de energía cinética.
  • Son fluidos, no poseen forma definida, ni memoria de forma.
  • Con el frío o el temor se contraen.
  • Posee fluidez conductiva.
  • Puede presentar difusión continua.
  • Son poco comprensibles.

3. Una persona gaseosa está compuesta principalmente por moléculas no unidas, expandidas y con poca fuerza de atracción, lo que la hace indefinida y volátil, y se expanden libremente hasta abarcar el ambiente que los contiene. Su densidad es mucho menor que la de los líquidos y sólidos, y las fuerzas gravitatorias y de atracción física resultan,para ellos, insignificantes.

En los tipo gaseoso no existe un desorden total o absoluto, aunque sí uno bastante considerable. Su presencia normalmente está en estado de caos y muestran poca respuesta a la gravedad de las cosas. Sus células nerviosas se mueven tan rápidamente que se liberan unas de otras. Ocupan entonces un volumen mucho mayor que en los otros estados porque dejan espacios libres intermedios y están enormemente separadas unas de otras. Por eso es tan fácil comprimir a un ser gaseoso, lo que significa, en este caso, disminuir la distancia entre dichas células. La gente que se comporta como gas, carece de forma y de volumen, porque se comprende que donde tenga espacio libre allí irán sus moléculas errantes y, como tal, se expandirán hasta colmar por completo cualquier circunstancia.

4. Por último y siendo menos común, el individuo plasma se comporta parecido al gaseoso pero exagera en la conducción de carga negativa o positiva, se puede decir que es de tendencia bipolar y se deja influir fácilmente por la fuerza magnética de sus semejantes. Su temperamento es incandescente y fugáz.

En fin, lo anterior explica, que aunque todos estamos constituidos de igual forma material, nuestro comportamiento ante la vida, obedece naturalmente a lo incierto de nuestra esencia inmaterial.

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