inteligencia artificial

Últimamente había estado yo desarrollando una inmensa y angustiante inseguridad, una desconfianza aguda por las continuas provocaciones de mi maldito celular. Ya estoy cansado de sus burlas y abusos recurrentes.

Con alta frecuencia se me esconde en los lugares más extraños, muchas veces indescifrables o inalcanzables, siempre con el timbre en silencio, en modo avión ó sospechosamente sin batería.

Lo hace adrede, justo antes de salir de la casa o de la oficina, cuando hay prisa, ó cuando más necesito urgentemente hacer una llamada ó checar un mensaje. Lo hace en muy mala onda.

Para colmo el numero es poco memorable por lo que el recurso de hablarme y encontrarme a mi mismo puede tomar dos ó tres intentos, ó requerir de ayuda externa. Las más de las veces no suena como sería lógico suponer, pero sorprendentemente cuando lo hace, timbra o vibra en lugares en donde nunca aparece y yo a tientas y adivinanzas suelo encontrarlo por ahí tirado en el suelo ó en algún otro lado inexplicable; en una chamarra de la que ya ni me acordaba de tanto tiempo de no usarla ó adentro al fondo del refrigerador, ó invisible de tras del pesado sillón gris ó en lugares inconcebibles en los que no tendría porque nunca estar.

Estoy seguro, lo juro, que el mugroso bicho se mueve, repta vibrando en mute, siempre ocultándose debajo de algo, de un lado a otro de un escondite al otro. Me consta, si parece que lo estoy viendo, lo debería mandar al diablo pero tengo una dependencia insaciable de tenerlo siempre conmigo, para todo y para nada,  porque carajos yo. Será una maldición?  Será que no soy compatible?

No solo eso, su astucia artificial le permite coludirse con otros aparatos, me ha pasado que con la contestadora del banco se burlan en mal plan de mi cordura, me pasa seguido que ingreso desde mi iphone mi nip y… ¡que casualidad ¡ la hipócrita voz que sale del mentiroso dispositivo me sale con el chistecito de – clave errónea intente nuevamente- y así tres veces hasta que se encargan los ojetes de bloquear mi cuenta.

Para desbloquearla no hay más remedio que ir en persona con mi IFE y mi cara de idiota a plantarme a la sucursal con un ejecutivo igual ó peor que el aparato coludido… pero eso es materia de otro cuento.

Penosamente a habido además incidentes en donde premeditadamente dispara llamadas a quien menos te imaginas, ocasionando explicaciones torpes a contactos non gratos, casi siempre parientes políticos ó clientes perdidos, en los peores momentos en horarios indecentes.

Que les cuento de cuando se me disparó y del otro lado me escuchó histérico, sin saber quien diablos, culpando y regañando yo a mi hijo menor de haberme escondido el teléfono y amenazándolo con lo de santa clos y los regalos… que vergüenza porque el contacto de la llamada fortuita se sopló toda la escenita y se esperó hasta que le pude contestar al descubrir que el maldito aparato lo tenía en mute entre los huevos. – Bueno, perdón quién habla? Ahh hola perdón se me disparó el teléfono… disculpa tengo que colgar que estoy manejando_

También me pasa a cada rato, que correos de verdad importantes los envía correctamente al recipiente pero de la basura de algún cliente prospecto, cuando bien me va terminan en la carpeta de no deseados, que sino fuera porque tengo alta el auto estima, saberme en la carpeta de no deseados seguro me lastimaría. Pinche aparato se pasa de listo y yo de pendejo que mando correos por un chingáo teléfono.

No me quiero ni imaginar cuando hasta el refrigerador ó el escusado se hablen entre ellos jactándose de inteligentes … esto es sólo el principio del internet de todas las cosas y ya es una pesadilla.

F I N

http://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/03/110318_0936_telefonos_inteligentes_gusanos_maliciosos_dc.shtml

https://www.forbes.com.mx/internet-de-las-cosas/

 

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