extremos en equilibrio

Yo lo que pienso, es que lo que haga o deje de hacer ahora, tendrá que eventualmente de igual manera, hacerse también después en sentido contrario, de una forma u otra.

Así contrarresto y neutralizo casi todo en mi vida, buscando siempre el balance natural perdido. Yo no creo en el bien y el mal ni en el cuento del yin y el yan.

A mi lo que me funciona es saber obedecer la ley de gravedad. Para esto, me ayuda mucho entender y aplicar el concepto de, «el plomo”, sabio artefacto que te marca la vertical y te apunta siempre al centro de la tierra.

Y por otro lado, “el nivel”, ingenioso utensilio que te marca la horizontal y te estabiliza en el espacio.

Yo lo que pienso, es que el estado ideal es el continuo movimiento pendular.

Oscilar suspendido de lo alto, trazando trayectorias orbitales, de un extremo al otro de un círculo irregular imaginario, cada vez más concentrado en su punto de equilibrio, que en realidad nunca llega, porque nada de origen se mantiene estático.

Me trato de explicar:

Estando sujeto en lo alto de mi conciencia, desde dónde te observas de arriba abajo, desde donde te puedes creer el centro del universo, se puede ver con cierta claridad, en dónde estás ahora y para dónde vas después.

Puedes estar flotando en determinado momento, experimentando a placer de una relativa situación extrema y en el siguiente instante crítico, estar justo en la obvia situación opuesta.

Como meciéndote de un extremo al otro, oscilando en una rueda neumática colgada de una cuerda, amarrada en la rama más alta de un noble y viejo roble, bien plantado en la tierra que a su vez orbita en torno al Sol, en incierta dinámica infinita.

El otro día por ejemplo, en la madrugada me encontraba perdido en un relativo reventón alucinante, sólo apenas consciente de que ese día siguiente, muy temprano, un poco más tarde, estaría llevando a mis hijos pequeños a la escuela, sin falta ni retardo.

Gracias al plomo, al nivel y al aplomo que te urge y te surge de saber que estas subido en una sesgada flecha emplomada, logré apenas retornar y mantenerme gravitando, sin querer saber cuál y a dónde sería mi próxima onda inercial.

Ahora me sorprendo al vuelo, escribiendo éstas líneas y preguntándome… ¿Qué sigue ahora?

F I N ?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *