Discreción

Había una vez…por semana un fulano de tal que paseaba oriundo por el dichoso parque aquél, pasando sin pretender como residente distinguido de la exclusiva colonia esa.

Los transeúntes que por ahí aparentaban existir, todos ajenos y lejanos al inaccesible escenario ese, de lo único que no dudaban era de la excéntrica incredulidad del señor aquel en relación a su privilegiada realidad.

Lo que no imaginaba nadie, era que su fortuna inmaterial fuese incalculable… de verdadera ficción.

F I N

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