contra mandato popular

Cómo fue que pasó lo sucedido?  El diagnóstico y discurso del entonces opositor a la dictadura perfecta, ahora dieciocho años después es evidente que era el correcto: El maleficio nacional es la corrupción y el mal estado de derecho.

Desde entonces el robo artero al erario y el desorden ya no era sostenible y sin embargo se mantuvo así desenfrenado. Ahora, muy tarde, se destapó la cloaca y apesta a mierda por doquier. El cochupo es generalizado y normalizado. El tamaño del botín alcanzaba para repartir a todos los estratos del gobierno o de la delincuencia organizadas, que resultó ser lo mismo; aparatos de extorsión gremial y burocrática, poderosos grupos de extracción de rentas, operadores encargados de extorsión y de conseguir privilegios para todos los eslabones de la corroída cadena improductiva, para todos menos para los marginados hasta de eso, los beneficiarios de nada, el pueblo electorero.

Lo bueno o lo malo fue, que ésta maquinaria clandestina se desvieló por el cierre abrupto de su combustible, el grotesco dispendio del recurso público. Se frenó de tajo la distribución de las tajadas que permitía tener a todos conformes con el abuso acostumbrado, siempre había alcanzado para mantener a casi todos mantenidos, aceitados y alineados, y por supuesto a muchos varios con riqueza inexplicable.

Por ser indiferentes a la vida política, estamos pagando nuestro merecido. La realidad es que, allá arriba, dónde le rasquen y a quién le busquen, le encuentran cola que pisar. Ahora resulta que dentro de los notables, no hay quién pueda reclamar legítimamente y menos moralmente los arranques de nuestro democrático representante ejecutivo, el predicador de los pecados de los otros, el ejecutor del mandato popular. Total, que al impoluto presidente de México, no hay quién le pueda aventar una pedrada y esconder la mano.

Estamos ahora entrampados en una democracia de mayoría absoluta, con el despropósito del gobierno, de afianzar votos vía la militarización y la asignación de presupuesto a la  asistencia social en becas, apoyos y sueldos, etc…  igual que lo hicieran todos los anteriores gobiernos en el poder, así también la cuarta transformación tendrá asegurada la reelección inconstitucional. Solo que ahora los contrapesos de las minorías y de la oposición política están totalmente anulados y burlados.

La única salida que veo es que la prensa libre, los líderes de opinión, la iniciativa privada, las organizaciones sociales y la ciudadanía crítica, iniciemos desde ya la preparación de un verdadero movimiento civil, que con inteligencia política se invente y perfile a un adversario fuerte para las elecciones del 2024, un líder genuino, un independiente con autoridad moral y poder político capaz de cuestionar y rebatir al actual gobierno popular. Un buen presidente ejecutivo, acompañado de un equipo integrado, íntegro y profesional, alguien que pueda dar solución social y económica a los grandes problemas de la Nación. No está fácil, pero estamos urgidos de aprovechar la oportunidad que representa la inmensa crisis de porvenir en la que estamos profundamente sumergidos.

El grave estado en el que el desgobierno saliente dejó al país, fué lo que hizo posible que pasara lo que pasó. Y ahora, el presidente en turno, está ocasionando un desmadre mayor, lo que nos obliga a reconocer que no hemos tocado fondo y López Obrador no es parte de la solución, sino la última consecuencia de lo anterior.

 

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